las pepas


La Oficina de la ONU para las Drogas y el Delito (Onudd) advirtió sobre el peligro de percibir los estupefacientes sintéticos como "inofensivos" y aseguró que su consumo supera ya al de la cocaína y heroína juntas.
La Onudd, con sede en Viena, presentó su estudio de 2008 sobre los estimulantes de tipo anfetamínico, como el éxtasis. La producción anual de este tipo de sustancias es de 500 toneladas. Pero ¿qué son las "tachas" y cuáles son sus efectos? Ésta es la realidad de muchos jóvenes. "En la ocasión en que llegué a consumir 10 tachas miraba mi cara al espejo y definitivamente no era yo, no era yo. Mi cara estaba deformada, mis pupilas dilatadas y yo estaba sudando", expresó un consumidor de esta droga.
Así son las adicciones, así son las tachas, al principio se puede creer que dan alegría pero no es así. "La sensación que me provocó fue de mucha euforia, mucha felicidad. Empecé a sentir amor por los demás", dijo un adicto a las tachas. No obstante, al poco tiempo esa euforia se transformó en su peor pesadilla. "La gente empieza a sentirse cansada, con una baja de temperatura severa y pueden caer muertos", explicó José Gordón, sicoanalista. Las tachas son sustancias que tienen la misma potencia de las anfetaminas pero elevadas a la décima o milésima potencia", expresó el especialista. El nombre de la droga es “éxtasis”, aunque en México se le conoce como “tachas” porque la pastilla tiene una marca en forma de "x". Los jóvenes la tienen a su alcance fácilmente sobre todo en antros y fiestas de música electrónica conocidas como “raves”. “Se acercó una persona y me la ofreció. Yo había escuchado hablar de ellas anteriormente y escuchaba que se sentía muy bien", dijo un consumidor. "Les da una energía enorme para poder bailar toda una noche por eso estos raves o este tipo de fiestas pueden durar 24 ó 40 horas", señaló José Gordón y abundó en que los jóvenes de 15 años o más son los principales consumidores y el número de hombres duplica al de mujeres. ¿Pero qué los lleva al mundo de las drogas? Muchas veces el problema de fondo es familiar. "La curiosidad por sentir, por experimentar cosas nuevas y finalmente el hecho de querer pertenecer a un grupo de personas. Esto hace que se refugien en las drogas, un escape a mi realidad porque mi realidad no me gustaba", explicó José Gordón. Pero cuidado, la curiosidad por probarla es el camino a la adicción. "La segunda vez no fue una, fueron dos o tres. Ya las demás llegué a meterme hasta 10 en una noche", dijo un consumidor. Y es que las amistades juegan un papel fundamental. "Normalmente iba con amigos que igual de alguna manera consumen tachas o alcohol", expresó. Las tachas alteran la forma de ser, de pensar y de actuar, y aunque muchos creen que los vuelve más sociables y sensibles, la realidad es otra. Los efectos de las tachas, como de otras drogas, son físicos y sicológicos; pueden provocar euforia, empatía, ansiedad y paranoia y en dosis muy altas producen alucinaciones, depresión e incluso la muerte. Las tachas producen efectos durante 6 horas y permanecen en el organismo hasta por 15 días, pero los daños son irreversibles. Si usted sospecha que su hijo consume tachas u otras sustancias, hay algunas señales que confirman la adicción. "Los chicos empiezan a cambiar su forma de vida, su forma de vestir, el cuidado personal, la música que utilizan, el tipo de amigos con los que están saliendo", explicó José Gordón. Otra señal es la pérdida de peso sin razón aparente. Las tachas no son caras comparadas con otras drogas, ya que cuestan entre 100 y 200 pesos cada una, sin embargo los jóvenes que las consumen son capaces de todo por conseguirlas.